lunes, 24 de junio de 2013

De viajes y niños

Ya estamos a 24 de junio de 2013 y han pasado chorrocientos días desde la última entrada que realicé y casi otros tantos desde la anterior. No me voy a excusar, o al menos a buscar pretextos para justificar tanta ausencia, porque todos tenemos nuestras cosas. Lo siento, pero el hecho en sí (y esto es lo bueno) es que tengo “otras” cosas que me hacen vivir y de las cuales disfruto.
Muchas son las diferencias en mí con respecto a los últimos años, pero la más notoria es que ha ido bajando el tiempo dedicado al deporte en consonancia con lo que ha aumentado el tiempo de la familia.
Mejor? Peor? Son etapas…
Sí que es cierto que lo he intentado. Tengo varias entradas a medio escribir y a medio pensar. Pero… nunca estaban lo suficientemente bien como para publicarlas. No estaban del todo terminadas y se han ido perdiendo en el tiempo. (quizás para siempre, o quizás vuelvan en un futuro)
Entradas sobre competiciones, sobre la bici restaurada, sobre bricolaje casero...el tiempo, la naturaleza, niños, cosas varias sin sentido… VIAJES…

Viajes

Uno de los puntos que han ido ganando espacio en los últimos años.
Descubres sitios nuevos, colores, olores, sabores, costumbres, arquitectura, … tantas cosas que te van ampliando tu universo…
Me gusta disfrutar con los míos de eso. De esas cosas. Me gusta sumergirme en ese espacio de tiempo que se dilata y que cambia con respecto al tiempo diario, mucho más monótono y aburrido. Estar de viaje con los míos hace que mi vida sea más vida con ellos.

En lo que llevamos de año hemos hecho dos pequeños viajes. No los voy a relatar tal cual porque ambos dan para más de una entrada y con todo su derecho, pero sí que los voy a citar por especiales (para nosotros y para los de nuestro alrededor)

El primero de ellos lo realizamos en los días de Semana Santa, saliendo en coche un miércoles y volviendo el lunes siguiente.
Quizás el viaje más inseguro que hayamos realizado y más “aventurero”.
Los que no recuerden, aquellos días fueron, como se dice ahora en los informativos de inestabilidad climática. Bueno, ya sabéis qué primavera “tan” seca llevamos… Y nosotros pretendíamos hacer Olot-Girona-Sant Feliu de Guixols en dos días, en bicicleta.
Y por supuesto con los niños. Josune llevaría a Oneka en el carro y yo a Urko en su bici enganchado a la mía por medio de un TrailGator.
He de decir que tenemos tuvimos mucha suerte y pelamos en varios momentos (Nubes negras acechando como si del camión de “El diablo sobre ruedas” se tratara; ó autobuses llenos que no te llevan de vuelta a casa y es el ultimo del día)
Pero comenzamos mal y fuimos remontando. -Eso es lo mejor, como cuando sales a andar en bici y no hace más que dar el viento de cara, pero la vuelta se te hace gloria bendita-
Acabando con una jornada en Port Aventura que Urko recordará durante mucho tiempo.







El segundo fue un viaje más corto.

Un fin de semana a la zona de Bearn, en el suroeste de Francia, visitando Pau, Salies de Bearn, Sauveterre de Bearn y Orthez.
Un viaje más tranquilo en lo que a logística se refiere, más corto, más rápido y más sosegado.
Celebrábamos nuestro aniversario, así que la noche del viernes sí que la tuvimos para Josune y yo solitos y nos fuimos de cena dejando a los dos enanos con sus tíos.
A la mañana siguiente y con calma, recogimos a Urko y Oneka hacia el medio día para salir dirección Pau.
En ésta ocasión una sola localización, con visitas a pequeños pueblos medievales en un radio de 30 km. El sábado Pau y Saliens y el Domingo Sauveterre y Orthez.
A las 17:00 del Domingo estábamos en casa deshaciendo las maletas y preparando la entrada de semana con tranquilidad.







Dos viajes diferentes. Uno de naturaleza y acción, y otro de relax y patrimonio cultural.
Dos viajes que han sido una zambullida en el tiempo. Poder disfrutar de aventuras con mi trío preferido. Y de las que disfruto cada vez que cierro los ojos.

Mucha gente se ha sorprendido porque los hemos hecho con los niños.
El primero por lo dificultoso de organizar coche, transporte de maletas bicis y carro, alojamiento, comida para el día, transporte en bus,… teniendo en cuenta que uno de ellos tiene 4 meses recién cumplidos.
Y el segundo por ser nuestra celebración de aniversario (alguno piensa que lo mejor sería prescindir de Urko y Oneka, cuando realmente es lo mejor que tenemos)

Los niños nunca son un problema. Ellos son mucho más que nosotros. Son mucho más fuertes que nosotros. Lo único que necesitan es que tú les apoyes. Tú les das fuerza.

La vida va cambiando para muchos, pero aunque no os lo creais, junto a mi trío, cada vez soy más joven
-Y estamos planeando la siguiente-